La Galicia de los 80 en el teatro gallego contemporáneo.
Fariña y la Galicia de los 80
El polémico libro de Nacho Carretero cobra vida de nuevo tras el éxito de la serie homónima dirigida por Carlos Sedes en la que los integrantes del elenco de este montaje, coincidieron.
Nuevamente, Tito Asorey, se pone al frente de la dirección de un espectáculo y vuelve a convertirlo en un imprescindible de la escena contemporánea.
El narcotráfico, la comunidad gallega de los 80, la de la droga, la de la generación perdida, una época oscura de la historia reciente de una comunidad que ha dado grandes titulares y grandes títulos, como la Operación Nécora o Heroínas.
Fariña

EL ESPECTÁCULO TEATRAL
Dirección: Tito Asorey.
Dramaturgia: José L. Prieto.
Espacio sonoro: Santi Jul.
Iluminación: Laura Iturralde.
Vestuario: Ruth D. Pereira.
Escenografía: José Faro, Coti.
Música original: Novedades Carminha.

Nacho Carretero y Xosé A. Touriñán llevan al teatro Fariña, una adaptación de la exitosa obra de Carretero sobre la historia del narcotráfico en Galicia en las últimas décadas del pasado siglo. Dirigida por Tito Asorey, cuenta en su elenco con Sergio Zearreta, Marta Lado, César Goldi, Oswaldo Digón y Graciela Carlos.
Un montaje que no permite al espectador acomodarse en la butaca.
A una imponente descarga la suceden conversaciones entre chicos y vecinos de los pueblos hablando, comprando, consumiendo y manejando con soltura el famoso Winston de batea. El fenómeno ya está en marcha.
El elenco de actores entran y salen de la escena metiéndose en la piel de decenas de personajes entre situaciones familiares: un alcalde corrupto dispuesto a financiar una verbena, los vecinos más jóvenes probando la mercancía a escondidas…
El salto al narcotráfico ocurre en el escenario con la misma soltura con la que tuvo lugar en la realidad.
De pronto, en escena, se escucha acento colombiano y marroquí. Se escuchan ritmos de percusión y canciones. Se escuchan bromas y bravuconadas. Las drogas toman el control: ostentación y subidón llenan el teatro. Y, de nuevo como sucedió en la realidad, aparece la tragedia.
Descarga de fardos en el patio de butacas
Bien podría ser una playa gallega o bien una planeadora en medio de la ría, pero no, es el patio de butacas de un teatro en el que se procede a descargar el tabaco de batea primero y los fardos de fariña, después.
Igual que la droga recorría la costa y la comunidad autónoma e iba sumando adictos, nuevos ricos y cadáveres a su paso en Fariña vemos de nuevo como sucede un fenómeno similar en un patio de butacas.
El público se engancha y quiere más.
Tito Asorey dirige un elenco de actores que recrean un narcouniverso igual que García Márquez creo Macondo solo que, en este caso no tenemos un realismo mágico sino un realismo trágico.
Este es un espectáculo de producción y ejecución 100% gallego, porque solamente un elenco de actrices y actores gallegos puede ser capaz de recrear de manera verosímil una idiosincrasia particular como la gallega.
Por delante del espectador se suceden las escenas, escenas que el propio Valle Inclán, vecino de las tierras en las que se desarrolla la historia, hubiera escrito. No olvidemos que todos los personajes podrían ser perfectamente protagonistas de cualquiera de las obras de Don Ramón María y que, a su manera, todos los personajes que desfilan por el escenario establecen una comunión con el público presente en la que durante el desarrollo del montaje son cómplices y testigos.

Nacho Carretero, Carlos Sedes, Jose L. Prieto, Tito Asorey. Un libro, tres visiones de una misma realidad en la Galicia de los 80, esa Galicia de la generación perdida por las sobredosis, el sida y las penas de cárcel.
Planeadoras, narcos, bajadas al moro, viajes a Colombia, Guardia civil, mansiones, blanqueo de capital, excesos, ascenso y caída de los contrabandistas de la costa atlántica de una España en plena transición y apertura al continente Europeo tras la muerte de Franco.
Todo ese caldo de cultivo generó y propició una nueva cultura en suelo gallego, la cultura del narco, una riqueza que durante muchos años fue capaz de hacer mirar hacia otro lado a todas las esferas de la sociedad.
El despertar de Galicia
El despertar de Galicia 30 años después y tras sanar la herida abierta de un pasado nada ejemplar, vuelve con toda la fuerza y toma los teatros de todo el país igual que Zara o Hijos de Rivera, Galicia es un fenómeno nacional, el talento, el trabajo y las ganas de una comunidad que lleva mucho tiempo arrinconada y a la que, al igual que el antiguo régimen soviético, le ha llegado el ,momento de apertura y de expansión tras muchos años en el cuarto del servicio.
Despertar que se extrapola a los integrantes de un elenco de grandes actores y actrices formados entre Galicia y Madrid, actrices y actores que se dejan la piel en el escenario.
Este montaje estrenado en el teatro Colón de A Coruña y en el teatro Alcázar Cofidis de Madrid sale de gira por todo el país precedido del éxito cosechado en ambas plazas.

De Galicia para el mundo